Lo que condiciona a todo organismo vivo es su «entorno» físico y energético, y no su carga genética como teoriza el neodarwinismo.
La «cooperación» es la base de la evolución para la supervivencia, y no un acto competitivo, entre los organismos mas fuertes
como afirmaba Darwin desde su visión determinista.
Los organismos con mayor capacidad de trabajar conjuntamente son los que se desarrollan y perduran a lo largo de la historia de la supervivencia.
Cada organismo es un conjunto de elementos con capacidad de interactuar desde la especialización del trabajo y la cooperación para la resolución de problemas.
Los seres humanos estamos condicionados por la interacción el medio y sobre todo por nuestras «creencias».
La personalidad y la salud de los individuos se conforma como un «aprendizaje» en el vientre materno y en la niñez hasta aproximadamente los seis años. En esta etapa de la vida quedan impresas las creencias en el subconsciente del niño y cuando tenga que tomar una decisión en su vida adulta siempre estará teñida automáticamente por esas antiguas creencias.
Lipton: “Cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. Los estudios que empecé hace cuarenta años demuestran que las células cambian en función del entorno, es lo que llamamos epigenética … Según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen puede crear 30.000 diferentes variaciones. Menos del 10% del cáncer es heredado, es el estilo de vida lo que determina la genética”.
O sea que la salud del sujeto se asienta en una relación armónica y cooperativa con el entorno en su concepto amplio y un sistema de creencias que le facilite el desarrollo integral.
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